miércoles, noviembre 07, 2007

Baúl de los recuerdos del Colegio Modelo


Es curioso encontrar una fotografía de hace tantos años y todavía poder recordar cada instante, como si dentro de esta foto existieran muchos otros registros gráficos, pero no sólo imágenes estáticas, también veo trozos de esa historia como si en mis manos sostuviera el bucle de esa película y la observara al trasluz.
Era fiesta de disfraces con concurso y todo, cientos de personajes de leyenda o del pasado se paseaban por sobre los pastelones del antiguo colegio de la Palmilla, bajo la centenaria conífera que se erguía orgullosa regada por risas de niños devolviéndonos un abrazo de suave sombra perfumada.
El robot de latón que se salió de El Mago de Oz y que encandilaba al moverse, Batman y Robin cara a cara con el Llanero solitario y su compañero Toro, princesas y emperadores venidos de excéntricos rincones del planeta, Gulliver y el Barón Munchausen con sedosos y multicolores atuendos, Peter Pan compartiendo una galletita Museo con el Capitán Garfio, bajo la atenta mirada de Campanita que esperaba la suya.
Fueron largas horas de probar los trajes hechos de arpillera, bordados con lanas de colores, no debía faltar ningún detalle, mi padre dibujaba los motivos, mi madre y mis tías cosían, hacían bastas, median. Nos turnábamos, primero mi prima más pequeña, la Maruja, después pasaba Claudio, su hermano. El ahijado de mi madre también se encontraba en el grupo, junto a su hermano Marco, me tocó el turno, la tela me producía picazón y el fuerte olor se impregnó hasta el día de hoy, de esos aromas que evocan grandes momentos, como no podía serlo si eramos una gran familia. Sobre las sillas al pie de nuestras camas descansaba nuestros ropajes emplumados, eramos la tribu Piel Roja.
Ese día cubrimos todas las posiciones, era la segunda parte del trabajo en equipo iniciado por nuestros progenitores, gritábamos y perseguíamos con nuestras hachas plásticas al Zorro, al conejo de Alicia, a Blanca Nieves y a cuanto nomo y bruja se nos atravesara, sin compasión con mi primo Claudio, Jaime y Pato y el resto de la tribu, no pasamos inadvertidos frente al jurado y el premio fue unánime, nos llevamos el primero, el segundo, el tercero y todos los lugares de la competencia.
Entre tanto, la foto para la posteridad, con la profe Lucy al medio, entre Peter Pan y mi primo Claudio, como siempre Yo mirando no se que cosa.
Nos vemos pronto.

3 comentarios:

Camila dijo...

Esa sensasión me ha pasado varias veces cuando uno comienza a recordar cosas como de el jardín o del mismo colegio... hoy me pasó lo mismo estab con unos amigos en mi casa y nos pusimos a ver las fotos y que manera de reirnos de cómo éramos y de las cosas que nos pasaron.
Nos estamos leyendo

Saludos

Anónimo dijo...

¡Què hermoso Gerardo¡. A cada rato me reencuentro con la niña de trenzas rubias que vi, y a la que su abuela llevaba a tenderse en un bosque de pinos para verlos columpiarse.
Me reencuentro con mi escuela, y los actos de los viernes, declamando poemas de Josè Martì, o asì, como tù en la foto, todos en escena representando algùn personaje de realidad o fantasìa.
Linda tu crònica de remembranzas.
Igual me gustò el monòlogo con tu conciencia.

Zenia
http://imaginados.blogia.com

Héctor Ojeda dijo...

Las fotos son activadores de la memoria y ante una imagen podemos recrear grandes momentos que nos marcaron, realidades que con el tiempo se asientan en su exacto sentido, mira que con este post me haz sumergido en esos tiempos inocentes de colegio, más de 30 años atrás.

Un abrazo y gracias por volver después de tanto tiempo.

Héctor.