martes, abril 24, 2007

La Emilia y la Acelga



Recojo este post de mi amiga Anni desde su blog, panrecientostado ya que el viernes pasado le regaló una acelga a mi mujer.




El fin de semana
fui a la casa de mi
amiga Emilia.
Antes de llegar,
en un puesto de verduras
del barrio, vi una acelga,
preciosa,gigante, verdosa,
llena de vida;
por eso se la llevé.
La apreté contra mi pecho,
percibí el aroma de la
vitalidad.
Cuando se la entregué,
la Emilia sonrió al lado
de la acelga...
y yo le tomé una foto.
Eran muy parecidas las dos,
la Emilia y la Acelga,
se veían radiantes
de fresco verdor,
alegres las dos.
A medida que fue avanzando
la jornada,
pude constatar que mi amiga
se encontraba totalmente
invadida por el espíritu
natural de la acelga.
Eso fue lo que pasó,
la acelga le transmitió
a la Emilia,
el sonido de la tierra
cuando se recoge la cosecha
y el color de los valles
cuando despunta
la primavera.
La Acelga y la Emilia
se unieron en esencia,
al menos por esa noche.
Me gustaría saber
qué pasó
cuando se la comió.


Cabe señalar que el que más gozó con la acelga fui yo, ya que mi mujer hizo tres exquisitas tortillas de acelga, obvio y estaban de miedo.
Nos vemos pronto.