martes, noviembre 13, 2007

El día a día


La vida es una combinación de tantas cosas, la familia, el trabajo, el acondicionamiento físico, el crecimiento espiritual, la cultura, pero que importante es que así lo sea. Si hay algo que no soporto es la rutina y ese es un aspecto que me afecta mucho en cuanto a lo laboral se refiere, no soy de quedarme mucho tiempo en el mismo lugar, me desgasta. Eso sí es una cosa bien complicada para uno que ya pasó los 40 hace rato, la pega no anda botada por ahí a pesar de lo que diga el ministro Velasco que las oportunidades sobran y Yo no soy de muchos amigos ni tampoco de contactos, nunca me he encontrado una pega por pituto, ha sido siempre con CV, entrevistas y todas esas cosas por las que se debe pasar.
El trabajo que realizo ahora me entretiene de sobremanera, independientemente que no gano mucho a pesar de ser bien evaluado por estudiantes y directivos, esto de la docencia es un apostolado y la vida me ha demostrado que vine al mundo para ser maestro. Claro que a veces me gustaría hacer otras cosas, la semana pasada fui a ver un trabajo free lance, se trataba de un tipo que necesitaba escultores para hacer unos animatronic. Lo genial del asunto es que el fulano desde un principio supo que yo me desempeñaba en otra actividad, por lo que mi horario dependía de eso. Trabajé el lunes con él pintando un pajarraco con pintura epóxica y reconstruyendo parte del mono con resina, le gustó el trabajo y quería que regresara al día siguiente. Le planteé que me sería difícil y que le confirmaría por correo. Efectivamente no pude y le escribí que aparecería el jueves temprano. La respuesta fue que no, que él necesitaba una persona permanente, entonces le pregunté que cuando pasaba a cobrar mi día, la respuesta fue inmediata con letras mayúsculas comunicándome que el no pagaba por un día de trabajo y que el trabajo que le había hecho era pésimo. Le contesté deseándole que le fuera muy bien en la vida.
Esas cosas hay que dejar que se las lleve el río del tiempo y punto.
Lo bueno ocurrió el domingo en el 10k de Nike, genial. La cantidad de gente era impresionante, me fui tempranito en el metro hasta estación Bellas Artes y a las 9:00 en punto comenzó la carrera desde el Parque Forestal, costaba correr porque de verdad no había espacio, pero lo importante era llegar bien a la meta y bajar mi registro. Aún no tengo el dato oficial, pero tarde alrededor de 50 minutos por lo que habría bajado unos 10 minutos, lo que de verdad para mí es un éxito.
Últimamente estoy leyendo mucho, acabo de terminar de leer El Fantasista de nuestro compatriota Hernán Rivera Letelier, una novela muy entretenida y muy refrescante a pesar de lo árido de la locación. Ahora retomé las obras completas de Khalil Gibran que versa así:

Apiádate de mí, Alma mía.
Me has mostrado la Fortuna
Inalcanzable. Tú y la fortuna moran
En la cumbre de las montañas; la Desdicha y yo
Estamos juntos y abandonados en lo profundo
Del valle. ¿Se unirán alguna vez
El valle y la montaña?

Terminando estas me esperan El Aleph y Ficciones de Jorge Luis Borges, me los trajo mi vieja desde Buenos Aires, allá los libros son una ganga, acá se paga IVA, el mismo porcentaje que se paga por una botella de licor. Un chiste.
Bueno ahora voy a regresar a lo que estaba, preparo una presentación para un Seminario: Terapias alternativas para la Psicopedagogía.
Nos vemos pronto.