lunes, diciembre 11, 2006

Ya cayó, ya cayo, al infierno ya llegó


La noticia ya recorrió el mundo, nos embargan sentimientos encontrados. La alegría que ocasiona la muerte del dictador se mezclan con la decepción de quienes por mucho tiempo esperaron respuestas del paradero de sus padres, hijos y amigos, de quienes esperaron que la justicia hiciera pagar las torturas y atropellos que sufrieron tantos chilenos y extranjeros amigos de Chile. Debo reconocer que el fin de esta alimaña y los actos que se hacen por su fin me despiertan cierta indignación, fundamentalmente por que aquellos partidarios del régimen, los mismos que en estos últimos años han dado un paso al lado no queriendo hacerse responsables de su complicidad por tanta barbarie cometida por las FFAA y la derecha chilena, el lavado de manos ha sido impresionante, no menos molestia me provoca la ralea de seguidores que una vez más se tomaron las calles, lanzaron monedas y provocaron a los periodistas y reporteros que hacían su trabajo; sin embargo la actitud de la fuerza pública nuevamente contrasta con el tremendo despliegue de fuerzas especiales en Plaza Italia, para evitar que los chilenos bien nacidos festejaran el evento, digo otra vez por que se repite la actitud que tuvieron los fascistas cuando atacaron las embajadas de España e Inglaterra, cuando Pinochet fue detenido en Europa y de donde nunca debió haber regresado para que terminara sus días en una cárcel con presos comunes, como se lo merecía un delincuente y criminal como él. En lo personal nunca esperé nada de esta justicia chilena y terrenal, estoy seguro que después que Pinochet sea cremado se seguirá quemando en el averno, estoy convencido de que ahí se la hará pagar por cada hombre y mujer que sufrió por su causa, por cada moneda robada, por cada calumnia dicha, por su soberbia, por su avaricia, por su maldad intrínsica, la historia lo ha condenado y el cosmos ya lo está haciendo. Deber de cada uno de nosotros es transmitirles a nuestros hijos lo que fue esta parte de nuestra historia, para que en el futuro nadie venga a tergiversar ni a justificar los crímenes de lessa humanidad cometidos por Pinochet y sus esbirros.

Nos vemos pronto.