miércoles, diciembre 26, 2007

Fin de año


Fin de año, pero no de la vida. Es común evaluar nuestra vida en años, mirar para atrás y ver lo "Bueno" y lo "Malo" que nos quedó cuando en rigor el 1º de enero de cada año no cambia nuestra situación personal, laboral o espiritual a no ser que hubiéramos sido los ganadores de la lotería o estando en trance hayamos alcanzado el Nirvana.
Quizás si analizáramos como ha sido nuestro día, mejor aún la hora que estamos viviendo o el minuto, nuestra relación con el mundo sería distinta ya que tendríamos tiempo de corregir el rumbo cuando algo no está bien encaminado, al final del año ya está todo hecho y no existe la opción de arrepentirse ni regresar en el tiempo.
Esta ha sido una practica que he estado aprendiendo a realizar, nada fácil, pero que ayuda mucho porque te conecta más con tu yo interior, no digo que lo hago constantemente, eso es para espíritus muy superiores al mío, la mayoría de las veces me pongo a soñar como siempre y a vivir de ilusiones; no obstante las veces que lo logro mi corazón se aclara y visualizo las cosas con otro perfil y cuando hablo de análisis no me refiero a intelectualizar, al contrario, eso es algo que estoy aprendiendo a dominar y estoy dejando más paso a la intuición lo que me ha estado dando mejores resultados, pero también por otro lado he controlado mejor mi obsesión por dominar lo que evidentemente me supera. ¿Qué hago ahora? Simple. Tomo el problema, lo arrugo y lo lanzo al Universo con la fe que se solucionará y si no es así, es parte de la enseñanza y lo debo asumir como venga. Muchos preguntarán de que sirve esa actitud y la respuesta es muy simple, he evitado que el problema me angustie y me afecte físicamente, ya sea que me deprima o me gatille alguna enfermedad la cual puede partir desde un simple resfrío hasta un lumbago o algo más serio. Los sabios orientales plantean algo similar: Si el problema tiene solución. ¿De qué te preocupas? Si el problema no tiene solución. ¿De qué te preocupas?
De hecho si evalúo en años, casi no he tenido ninguna enfermedad, ahora último que si he estado complicado con mi dolor a las plantas de mis pies, fascitis plantar este problema es relativamente común en quienes pasamos los 40 y más, además de practicar deportes, específicamente correr grandes distancias e incrementar el esfuerzo dentro de un corto tiempo. Al principio fue complejo, pero una vez que identifiqué el problema comencé a hacer ejercicios que han disminuido considerablemente el dolor, el cual desapareció ya de mi pie izquierdo y espero que pronto pueda terminar con el malestar en el pie derecho. Que conste que esto que me sucede no significa que el correr hace mal, al contrario. Yo me excedí, me sobre exigí.
Y ya que estoy evaluando mi año, pero a partir de esta nueva practica, puedo decir que estoy satisfecho por lo que he vivido. En lo laboral estoy reencontrando la senda y lo que es más, me he demostrado a mi mismo que mi ser está enfocado a la educación, a ser maestro en el pensar y en el hacer. Mi otro blog: Profesor Interactivo ha sido parte también de este desarrollo, lo mismo que las cátedras que imparto, la evaluación de mis estudiantes como la de mis superiores ha sido excelente, lo que me abre otras opciones en este ámbito.
Lo económico no ha sido de lo mejor, la educación no es el mejor camino para acumular riquezas materiales, pero mis ingresos me han permitido si bien no tener lujos este último tiempo, al menos pagar mis deudas, esas que se acumularon en tiempos de vacas muy, pero muy flacas. Tiempos muy difíciles, pero que me dejaron grandes lecciones que son las que hoy están decantando. Claro que esto de ir disminuyendo esos antiguos compromisos no habría sido posible si no tuviera una mujer como la que tengo a mi lado, ella ha sido más que un puntal y de ser una persona que no tiene mucha paciencia, que prefiere la acción ante todo, ha tenido un aguante que merece un altar. Si porque ella también ha tenido su crecimiento y su temple se ha forjado al rojo vivo.
En cuanto a esto, no ha sido fácil la vida familiar fundamentalmente por los aspectos más bien económicos que de convivencia, Emilia y yo no solo somos pareja, somos grandes amigos, nos contamos nuestras cosas más que antes, nos aconsejamos mutuamente y tratamos de apuntalarnos constantemente, a veces con mucha ternura y otras con muchísima firmeza.
Eso nos ha ayudado a crecer como matrimonio y a confiar plenamente el uno del otro. Es un amor más maduro, quizás no tan romántico como en nuestros inicios, pero mucho más sólido.
De verdad que el año ha sido duro, pero también ha traído alegrías, alegrías de otros que uno hace propias, como el caso de mi hija que tuvo un excelente año escolar y que se ha afianzado en el coro que participa. En la Misa del Gallo de la parroquia de la plaza Ñuñoa, cantó sola dos estrofas de Noche de Paz, cantó divino, fue para mi muy impactante y me emocioné hasta las lágrimas. También el nacimiento de la Fernanda, la hija de mi hermana Susy es un acontecimiento que trae alegría a mi familia más próxima.
También hay tristezas, secretos develados que han golpeado a otros familiares y por respeto a ellos no describo, pero la verdad siempre es mejor aunque duela.
La tristeza de ver a mi abuela postrada, abandonada por la mayoría de sus hijos es otro punto doloroso, más aún cuando lleva más de tres años en esta situación y pronta a cumplir 100 años. Como he dicho en otras oportunidades: La enterraron en vida.
Bueno el año es largo para enumerarlo todo, pero en fin como dicen algunos: Es lo que hay y en lo personal reitero que estoy satisfecho de como se ha desarrollado y doy gracias al Universo por ello.
En lo general, en lo que se refiere al planeta hay cosas que aún no funcionan por responsabilidad de los hombres inconscientes que no piensan más que en ellos, el calentamiento global, la caza de ballenas, la política mundial y local que cada día es más sucia, la discriminación y las abismantes diferencias sociales y de educación que asolan al mundo, las guerras que no acaban, el Transantiago que ha afectado a muchos santiaguinos sobre todo aquellos que viven en la periferia, en lo personal a nosotros nos cayó como anillo al dedo, cuando llegamos a vivir aquí hace 4 años prácticamente no contábamos con locomoción y la que pasaba siempre venía colapsada, ahora contamos con un troncal, cuatro buses de acercamiento y el metro. Que mejor.
Este último tiempo hemos aprendido de la importancia de los pensamientos positivos, gracias a ellos se mueven montañas. Esperar lo bueno de las cosas es la mejor actitud.
Nos vemos pronto.