viernes, mayo 04, 2007

¿Chile un desierto?




Los pronósticos de lo que suceda en Chile con el Calentamiento Global no son en absoluto alentadores, se estima que en unos diez años más; sino antes, Santiago tendrá un paisaje similar al de nuestro desierto. Claro que la culpa de esto no la tiene solamente este fenómeno, directa e indirectamente influido por el hombre. Las políticas nacionales referentes a la tala indiscriminada de nuestros bosques ha sido lapidaria, el retroceso del bosque nativo por la acción de grandes consorcios madereros y papeleros ha sido implacable, la reducción de la población de fauna silvestre debido a esta acción, es un viaje sin regreso producto de la reducción del hábitat de muchas especies endémicas. A este crudo panorama hay que agregar el aumento del nivel del mar, donde muchas de nuestras paradisíacas playas serán solo el recuerdo de una bella postal.
Nuestra cordillera es un buen referente, al comparar fotos de mi niñez con el gran macizo nevado como fondo en el mes de mayo, es lejos una sombra de las áridas montañas que se pueden apreciar hoy. Junto a eso, el retroceso de muchos de nuestros milenarios glaciares que se han replegado a una velocidad abismante.
¿Estamos los chilenos preparados para este cambio? Existen dos respuestas evidentes, si y no. Sí porque somos un pueblo esforzado, acostumbrados a soportar las inclemencias del clima y las exigencias geográficas. Pero no, porque deberemos enfrentar otros problemas que derivan de este, nuestra gran brecha social se acrecentará, la grandes diferencias de privilegios entre clases sociales serán cada vez mayores, la existencia de un férreo control de nuestros recursos naturales, por parte de grandes empresarios que solo han demostrado ambición se fortalecerá, un gobierno pasivo que no es capaz de cumplir su papel, administrar y supervisar a las empresas, empereorará. La corrupción hija del libre mercado, se extenderá.
Debemos prepararnos a tiempo difíciles, con recursos escasos, con dificultades en la provisión de recursos energéticos, con escasez de agua y alimentos, con un aumento considerable de la marginalidad y la violencia. Sí, la violencia como resultado de la desesperación y el hambre, quizás el gobierno deberá pensar al igual que lo han hecho en Israel y lo planea Estados Unidos, levantar grandes muros para contener a tanta gente insatisfecha en tantos países, ya lo estamos viendo en Río de Janeiro, esa gran ciudad turística que ha sido sobrepasada por el narcotráfico, esa gran transnacional que se ha ido apoderando de grandes regiones por terror, pero también por el beneplácito de mucha gente, pobres en su mayoría, a la cual les satisfacen las necesidades que los gobiernos son incapaces de solucionar.
¿Panorama negro, no...? Son elementos que no los extraigo de la ciencia ficción, no hay que analizar mucho para entender que así será. ¿Sin salida? Sin salida si es que seguimos en el mismo carrusel. Cada uno de nosotros debe tomar conciencia y bajarse. Que se puede cambiar esta dirección, claro que lo creo. No se detendrán estos cambios climáticos, pero si se puede minimizar el impacto ecológico y social si empezamos a pensar diferente, si cuidamos nuestros recursos, si cambiamos nuestros hábitos, sobre todo los malos, si modificamos nuestra alimentación, nuestro consumo energético domiciliario, si los reemplazamos por energías alternativas, si no compramos aquello que de verdad no necesitamos, si reciclamos, si plantamos no uno; sino cien árboles, si reemplazamos el auto por la bicicleta o la caminata, si elegimos dirigentes íntegros y concientes del bien común, del trabajo en equipo.
Sacrificado, claro que puede ser, pero es nada con lo que tendremos que soportar. La organización de una sociedad inteligente es la clave para generar un cambio al cambio. Ya no podemos seguir viviendo en una burbuja, se requieren acciones concretas, productivas, creativas tendientes a cambiar la conciencia colectiva, a generar pensamiento positivo y constructivo. ¿Utopía? La historia está llena de ellas y esta puede ser la oportunidad de llevarla a cabo.
A tomar conciencia de nuestro rol en el planeta, esa es nuestra tarea individual.
Nos vemos pronto.