jueves, febrero 14, 2008

Contigo Pan y Cebolla



Cuenta la leyenda que durante el año 270 d.C., Roma se encontraba ante una importante decadencia, frente a la cual el emperador Claudio III consideró que los hombres casados rendían menos en el frente de batalla por estar emocionalmente ligados a sus familias.

Es por eso que determinó prohibir el matrimonio
.

Así fue que Valentín, un obispo cristiano, disconforme con tamaña decisión, comenzó secretamente a unir en sagrado matrimonio a las parejas de jóvenes enamorados que a él acudían
.

Cuando Claudio III se enteró detuvo a Valentín y lo presionó para que renunciara al cristianismo, pero ante la negativa de éste, lo condenó a morir
.

Valentín fue ejecutado al día siguiente, el 14 de febrero del año 270, cerca de una puerta que más tarde fuera nombrada Puerta de Valentín para honrar su memoria.

Ya van 26 años que conozco a mi mujer, después de casi 10 años nos casamos y casi 10 años después tuvimos a la Constanza o sea casi 30 años juntos, ahora claro no es un tema de cantidad de años, más o menos es un tema que tiene relación con la vida en pareja. Hoy en día es difícil encontrar matrimonios o parejas que se mantengan unidas, el sistema dicen que es una de las causas por el cual personas que se amaron muchísimo rompen, de hecho es por algo y no siempre es el amor el que se acaba, el cuento es que ese algo va a seguir existiendo si es que no se enfrenta o reconoce como un problema, va a provocar otra desilusión y otra sucesivamente, a veces lo que termina con ello es cuando se privilegian otras cosas ya sea el trabajo, que muchas veces es una tremenda excusa que termina acabando una relación, el dinero que siempre va ligado al anterior y que no asegura la felicidad de los individuos, el conocer a otras personas también es un gran problema, pero cuando dos personas rompen no necesariamente es por culpa de una tercera, lo que pasó ahí es que la unión estaba deteriorada, dañada, a veces por la rutina, a veces por falta de intimidad, son tantos los aspectos, son tantas las causas que terminan con el amor, pero existe sólo una que es la principal, el egoísmo, el olvidar que cuando se establece un vínculo con otro significa a la vez saber renunciar a si mismo y eso es muchas veces lo más complejo de abordar y toda la vida de dos seres que se aman se basa en esto, en renunciar a si mismo.

Con Emilia hemos debido aprender a hacerlo y no siempre satisfactoriamente, pero el tiempo va templando, va enseñando a aceptar al otro y que uno por si mismo aprenda a cambiar eso que perjudica al amor. El aprender a ponerse en el lugar del otro es clave, el aprender del otro. Muchas veces en la vida desee tener un maestro, alguien que me enseñara como enfrentar la vida y sin darme cuenta en ese entonces, tuve grandes maestros, pero cuando miras al lado y vez a esa persona que por tantos años ha estado contigo, te das cuenta todo lo que te ha enseñado y que todo lo que esa persona ha hecho por ti es sencillamente increíble, porque esa persona partió renunciando así mismo, como San Valentín, no claudicó y se sacrificó por el amor, bueno eso es el amor filial, sacrificarse por el otro.

Al ver esa fotografía de cuando eramos tan jóvenes y recordar como nuestras miradas atravesaban nuestras propias almas y nuestros corazones se hacían uno, llenos de ilusión y vernos ahora, como nos relacionamos, como nos basta tan sólo una mirada para saber que piensa o quiere el otro, el pensar en todo lo que hemos vivido, dificultades tremendas, económicas, familiares o de otra índole y como nos hemos alentado a seguir adelante, codo a codo, adaptándonos a los cambios, me doy cuenta de como hemos crecido, como un solo cuerpo, como un solo espíritu, como una sola energía que sube y baja, pero siempre está irradiando.

No me queda más que decir: Emilia, gracias por todo el amor que tú me has dado, gracias por la hija que me has dado fruto de ese mismo amor. te amo. Feliz día de San Valentín.

Nos vemos pronto.