No podré ir a su funeral ni a la misa que supongo harán sus hijos para despedir sus restos, pero estoy de igual modo con ella, mi tía tenía al igual que otros hermanos de mi padre un especial cariño por mi, la vi hace unos tres años atrás y ya su enfermedad la tenía muy mal, además de otros problemas que la angustiaban profundamente. Cuando me comunicaron la noticia mi mujer me preguntó si me apenaba su muerte, le dije que no ya que la muerte la había liberado de un cuerpo que se había transformado definitivamente en una prisión, desde ahora ella pasará a un estado en que su alma es sólo energía y que pronto regresará para comenzar una nueva vida, libre de todas las restricciones del mundo que conocemos.
Chao querida tía Mila, ya nos volveremos a encontrar.
Nos vemos pronto.