Después de ver el reportaje realizado por Informe Especial e informarme de otro similar realizado por Chilevisión, es que re edito este post fechado en julio de 2006 en que hago mención de este mismo flagelo.
Si existe algo indeseable para un santiaguino es que le pongan un campamento al frente de su casa, recuerdo latente de eso fueron las protestas de los habitantes de la Comunidad Ecológica de la comuna de Peñalolén (1), compuesta en su mayoría por actores, escritores y otra gente "buena onda" con alta conciencia social. Es por eso que en general la tendencia es que estas personas de extracción humilde sean desplazados hacia la periferia de Santiago, patrón que siguen otras grandes ciudades sudamericanas.
La idea central es que el campamento, la población callampa o el barrio pobre se encuentre a mucha distancia de las comunas ABC1, inclusive comunas cuyo promedio de ingreso corresponde más bien a la clase media como Ñuñoa y La Reina, no permitirían jamás el asentamiento de una población marginal en su entorno.
En definitiva toda persona de escasos recursos, debe vivir rodeado de más personas que están en su misma situación, cargándole la mano a municipios que se van llenando de campamentos y viviendas sociales, tales como Puente Alto, La Pintana, La Granja, Pudahuel por nombrar algunas, que en rigor son la mayoría.
En estos lugares estos habitantes se encuentran con escasa infraestructura vial y en muchos casos sin los servicios básicos, lejos de colegios, hospitales y otras necesidades. ¿Porqué? Por que son feos, sucios, negros. Más de alguno dirá, pero como puedo decir esto, porque así es, así piensa un habitante de Lo Barnechea, Las Condes, Providencia y cualquier arribista que se sienta con derecho, de hecho la comuna de Pudahuel alberga la mayor cantidad de habitantes de origen mapuche. ¿Entonces, acaso eso no es discriminación?
Por otra parte estas personas para trabajar deben desplazarse muchos kilómetros ya que la mayoría se desempeña en construcción o como asesora de hogar, lo que significa que además muchos de ellos trabajan en el Barrio Alto.
Por otra parte, sus hijos al no contar con buenos centros educativos ni con espacios para la sana entretención ni el deporte, quedan expuestos desde muy temprana edad a un medio altamente riesgoso, donde abunda el microtráfico y la delincuencia producto de las mismas circunstancias.
Agregando a esto, los escasos programas sociales provenientes del gobierno, instituciones de iglesias u ONG´s el panorama es realmente deprimente.
La vida en estos barrios se va haciendo cada vez más inhóspita, debido al hacinamiento y a la pésima calidad de vida de estas personas.
Los niveles de criminalidad son cada vez más altos, agregando a
esto el alto índice de menores vinculados en hechos de muy cruda violencia.
El resto de los chilenos y fundamentalmente la clase alta se sienten amenazados por la delincuencia y exigen de las autoridades "mano dura" contra esta gente: "¡Ojalá que los metan a todos estos a la cárcel y no los dejen salir!", "¡Si los dejan salir, salen peores!"
Pero que han hecho para cambiar esto, nada. Solo aislarlos en ghettos para no verlos.
De esta forma solo aumentamos la brecha social y despertamos aún más el resentimiento.
Se debe terminar con esta práctica, las comunas deben estar integradas por personas de distinta clase social, de esta forma y solo de esta se mejora la calidad de vida, las oportunidades, incluida la seguridad de los ciudadanos y mejoran todos los aspectos de la comunidad.
Reflexionemos y accionemos el cambio.
Nos vemos pronto.
(1)Peñalolén: Palabra mapuche que significa "Reunión de hermanos"
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