El sábado recién pasado viví una experiencia de antología. Después de 30 años nos reencontramos con mis ex compañeros de colegio. La reunión se realizó en Calera de Tango y asistieron treinta y un ex alumnos y cinco ex profesores, yo formé parte del comité organizador, me encargué específicamente de reunir las fotografías antiguas, fotos familiares, etc. del mayor número de asistentes posibles y generé una presentación que se puede visualizar más abajo.
Nos reunimos alrededor de la una de la tarde en la parcela de mi tocayo, algunos llegamos en bus y el resto en sus propios vehículos. Se realizó una misa oficiada por Galo, nuestro compañero cura. En ella rogamos por los que no pudieron asistir, por los que ya no están, Alfonso y Max, cantamos las viejas canciones acompañados de las acordeones de nuestros queridos profes, Jorge y Germán. Después la fotografía de honor, harta conversa, brindis, Ricardo y Giancarlo trajeron vino de sus cosechas y Rodrigo el vino de la empresa donde trabaja, después un almuerzo campestre con asado y mucha ensalada, menos mal, la cual devoré despiadadamente junto a Hernán que tampoco come carne.
La sobremesa estuvo realmente entretenida, conversé con compañeros con los cuales solo había compartido la misma sala, la camaradería que se vivió fue realmente impresionante, la mayoría creía que esto no resultaría, sobre todo después de dos intentos fallidos a los cuales llegamos muy pocos asistentes.
La tarde se llenó de cantos, de gritos de la tropa, de música de la época, risas, tallas, recordar viejas anécdotas, concertar reuniones.
Luego nos reunimos tras un data show para ver la presentación y cada uno de los asistentes fue pasando por orden de lista para que en poco tiempo nos contara que fue de su vida en ese tiempo, fue sencillamente extraordinario, los testimonios salieron desde bien adentro del corazón, cada uno habló de sus estudios, de su familia, de sus tristezas y alegrías.
Rápido nos alcanzó la noche y la jornada se fue volando, nos habría gustado seguir, pero es un hecho que pronto nos volveremos a reunir, quedamos todos con las ganas de seguir siendo niños como ayer.
La sobremesa estuvo realmente entretenida, conversé con compañeros con los cuales solo había compartido la misma sala, la camaradería que se vivió fue realmente impresionante, la mayoría creía que esto no resultaría, sobre todo después de dos intentos fallidos a los cuales llegamos muy pocos asistentes.
La tarde se llenó de cantos, de gritos de la tropa, de música de la época, risas, tallas, recordar viejas anécdotas, concertar reuniones.
Luego nos reunimos tras un data show para ver la presentación y cada uno de los asistentes fue pasando por orden de lista para que en poco tiempo nos contara que fue de su vida en ese tiempo, fue sencillamente extraordinario, los testimonios salieron desde bien adentro del corazón, cada uno habló de sus estudios, de su familia, de sus tristezas y alegrías.
Rápido nos alcanzó la noche y la jornada se fue volando, nos habría gustado seguir, pero es un hecho que pronto nos volveremos a reunir, quedamos todos con las ganas de seguir siendo niños como ayer.
Nos vemos pronto.
1 comentario:
Bonita la experiencia, afortunadamente a mis ex compañeros de curso los veo siempre, desde 2º básico hemos compartido, y realmente decirle compañeros de curso queda muy corto, aún así hay algunos que se quedan en el camino, sería lindo unos años después poder vivir lo que formaste.
Saludos, nos leemos compa.
Publicar un comentario