Feliz año para ti que te detienes a leer este artículo.
Te cuento que fui a Valpo con mi mujer, mi hija y mi madre. Desde siempre que mi vieja ha querido ver los fuegos para fin de año en el puerto. Estaba como cabra chica y mi hija también muy alegre por que a pesar que había estado en Valparaíso, era muy pequeñita y no recordaba. Para mi mujer y yo, una dicha como siempre estar en la ciudad de las casas que cuelgan al borde del mar, subiendo y bajando escaleras cual grabado de Escher.
Viajamos desde Santiago sin contratiempos por la 68 hasta la residencial en que nos hospedaríamos, en Playa Ancha. La casa es de Anita María, la mamá de mi querida amiga y colega, Juani. Llegamos alrededor de las 14:30 hrs., hacía calor y poco viento cosa no muy habitual en el puerto y salimos con mi madre y mi hija para que conocieran los alrededores, había gente como nunca, mucho turista también esperando el espectáculo que se anunciaba como el más imponente de América. Los juegos artificiales se distribuían en grupos desde la Playa Torpederas hasta Ventanas.
Cenamos con la dueña de casa alrededor de las 23 hrs. y nos fuimos con ella acarreando Champagne, copas y Pan de Pascua a la casa de unos vecinos. Subimos hasta el tercer piso en donde el anfitrión había armado un mirador desde el cual se puede apreciar toda la bahía, al poco rato comenzaron a sonar las sirenas de los barcos y luego un cañonazo anunciando la llegada del nuevo año, nos dimos los abrazos correspondientes y cinco minutos más tarde, durante cerca de media hora se desplegó por el cielo el más impresionante espectáculo de brillo, ruido, luces y colores que mis ojos habían visto, por toda la bahía fueron encendiéndose cientos de estrellas que explotaban en forma de cascadas, flores, corazones, Saturnos, challas, no había tiempo para pensar en como sería el año, estábamos eufóricos y obnubilados ante el espectáculo. Cuando todo acabó brindamos con Champagne y bailamos con hartas ganas, después de agradecer al jefe de la familia y despedirnos de los demás asistentes regresamos a descansar ya que viajaríamos temprano a Algarrobo a la casa de veraneo de mi cuñado en Algarrobo.
Ya estamos de regreso en casa, cumpliendo con nuestras labores, con la fe y esperanza de que será un muy buen año para nosotros y para ti también. Después publicaré las fotos que logré tomar.
Un abrazo y nos vemos pronto.
Te cuento que fui a Valpo con mi mujer, mi hija y mi madre. Desde siempre que mi vieja ha querido ver los fuegos para fin de año en el puerto. Estaba como cabra chica y mi hija también muy alegre por que a pesar que había estado en Valparaíso, era muy pequeñita y no recordaba. Para mi mujer y yo, una dicha como siempre estar en la ciudad de las casas que cuelgan al borde del mar, subiendo y bajando escaleras cual grabado de Escher.
Viajamos desde Santiago sin contratiempos por la 68 hasta la residencial en que nos hospedaríamos, en Playa Ancha. La casa es de Anita María, la mamá de mi querida amiga y colega, Juani. Llegamos alrededor de las 14:30 hrs., hacía calor y poco viento cosa no muy habitual en el puerto y salimos con mi madre y mi hija para que conocieran los alrededores, había gente como nunca, mucho turista también esperando el espectáculo que se anunciaba como el más imponente de América. Los juegos artificiales se distribuían en grupos desde la Playa Torpederas hasta Ventanas.
Cenamos con la dueña de casa alrededor de las 23 hrs. y nos fuimos con ella acarreando Champagne, copas y Pan de Pascua a la casa de unos vecinos. Subimos hasta el tercer piso en donde el anfitrión había armado un mirador desde el cual se puede apreciar toda la bahía, al poco rato comenzaron a sonar las sirenas de los barcos y luego un cañonazo anunciando la llegada del nuevo año, nos dimos los abrazos correspondientes y cinco minutos más tarde, durante cerca de media hora se desplegó por el cielo el más impresionante espectáculo de brillo, ruido, luces y colores que mis ojos habían visto, por toda la bahía fueron encendiéndose cientos de estrellas que explotaban en forma de cascadas, flores, corazones, Saturnos, challas, no había tiempo para pensar en como sería el año, estábamos eufóricos y obnubilados ante el espectáculo. Cuando todo acabó brindamos con Champagne y bailamos con hartas ganas, después de agradecer al jefe de la familia y despedirnos de los demás asistentes regresamos a descansar ya que viajaríamos temprano a Algarrobo a la casa de veraneo de mi cuñado en Algarrobo.
Ya estamos de regreso en casa, cumpliendo con nuestras labores, con la fe y esperanza de que será un muy buen año para nosotros y para ti también. Después publicaré las fotos que logré tomar.
Un abrazo y nos vemos pronto.
3 comentarios:
Bonito relato y experiencia, volveré a ver las fotografías.
Gracias por tu visita.
Saludos,
Titi
feliz 2008!!!! llege por lado C, que lindo y magico es el puerto no?
abrazos rebeldes
¡Qué maravilloso es no tener que pensar en como será este año! A veces lo más magnifíco es disfrutar la belleza del ahora, la belleza de tanto sonido y color.
Feliz año
Saludos...
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